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Palabras de Desayuno por Laura Fernanda



El poemario Palabras de Desayuno llegó a mi principalmente por la autora. Laura Fernanda (o como yo la conocí La Pinche Fer) es una de las host en uno de mis podcast favoritos que se llama Las Provincianas, en donde Fernanda y Gaby Navarro semanalmente abordan un tema en específico (menstruación, ghosting, maternidades festivales de música, etc,) y ya se que entre ellas discutan el tema o cuenten con un invitado, este podcast es mi motivo para esperar con ansias a que llegue el miércoles. Específicamente Fernanda aporta una vibra muy tranquilizadora, espiritual y emotiva a la dinámica del programa, cuestiones por las que siempre la he admirado, es por ello que en cuanto tuve la oportunidad de adquirir su libro de poemas, sabía que debía aprovechar la oportunidad.


Esta recopilación de poemas, aunque sea corta, logra traer una probadita muy sincera del corazón de la autora en donde nos relata algunas viñetas y enseñanzas de su vida. Desde lo que es enamorarse de otra personas y de una misma, de lo que es crecer y aprender en el camino, del miedo a la adversidad o a ser vulnerables con otros. Siento que uno de los temas principales que comparten los poemas es el de tener una sensación de crecer y de madurar mientras se aprende con el paso de la vida, pero sin querer olvidar los errores o los malos momentos, sino que se tomen como lo que son, lecciones que nos ayudan a ser quienes somos.


Todos los poemas acompañados con lo que yo supongo la autora desayunó el día en que el poema fue escrito. Este detalles de agregar el desayuno, además de ser una característica peculiar y traer nuevas ideas o recetas al lector, creo que ofrece la posibilidad de humanizar el poema, de saber que estos sentimientos o momentos escritos en estrofas, siguen estando ligados con una persona pensante, andante y que comparte características con nosotros como por ejemplo el tener que comer. Esto hace que los poemas se sientan más palpables, más cercanos, no solo palabras al aire, sino que vienen de una persona común que a veces toma su desayuno completo y saludable, pero a veces come las sobras de la comida del día anterior o solo un trago de whiskey.


Es una poesía que no le tiene miedo a querer ponerle pausa a las cosas para poder disfrutarlas. Vivimos en un constante estado de tener que siempre ser mejores, siempre estar haciendo algo, siempre estar en el “hustle”. Lo que hace Laura Fernanda con Palabras de desayuno es invitarnos a detenernos a oler el pan tostado, por así decirlo,a aprender y a reconocer los pequeños placeres de la vida, ya sea con los pequeños detalles de una persona que nos enamoran, o un buen desayuno.


Es una invitación a no tenerle miedo a nuestras emociones, a lo que somos y a lo que nos depara el destino por más abrumador (o hermoso) que pueda ser, y creo que ese es el trabajo de una buena poesía. Creo que estamos muy acostumbrados a poner a la poesía en un gran pedestal y que esta esté reservada solo a los “grandes intelectuales” que les gusta presumir que entienden a Ruben Dario, o que Neruda es un romántico por querernos calladas. Entiendo que este tipo de poetas y este tipo de poesías sean importantes para la historia de la literatura y la creación de cánones a estudiar. Pero de qué sirve un poema si solo se puede disfrutar dentro de un salón de clases en donde está siendo diseccionada cada sílaba y cada estrofa, de qué sirve una métrica impecable si la calidad del poema recae únicamente en esta medida. No estoy tratando de quitarle el mérito a poetas puristas, clásicos o que si se apegan estrictamente a las reglas literarias, pero siento que el hecho de que se complique tanto la estructura de esta rama en específico, que es la poesía hace que resulte tan abrumadora ante los lectores. Por ello creo que abrirle la puerta a este tipo de poesías contemporáneas que no tiene miedo a prestarse vulnerable es tan necesaria para que el lector común tenga una entrada amigable al mundo de la poesía.


La verdad terminé el libro en muy poco tiempo ya que fue mi lectura en lo que hacía fila para recibir mi vacuna contra el COVID (recuerden que si tienen la oportunidad de vacunarse, háganlo). Y sinceramente fue un gran compañero en la fila pero estoy segura que no será la única lectura que haré del libro, pues se presta para querer regresar de vez en cuando a leer un poema pues estos no son abrumadores, rebuscados ni pesados. Sí se sienten íntimos, pero esto es porque Laura decide abrir su corazón de una manera muy sincera, en donde no huye a sus emociones y creo que esta práctica debería ser más constante en nuestras vidas y el hecho de leer este tipo de poesías creo que sirve como un gran recordatorio para hacerlo.


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