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Como Caracol de Alaíde Ventura Medina

Actualizado: 29 mar 2021


Hay libros a los que una les tiene miedo, ya sea por su complejidad o por los temas que tratan pero otros que te dan miedo por la manera en que te van a hacer sentir y sin duda Como Caracol en mi caso era uno de esos libros a los que le tenía miedo por el tipo de emociones que me provocaría, pero a mi sorpresa más que apachurrarme el corazón (que sin duda también hizo) encontré un gran consuelo.


Como Caracol nos retrata la historia de Julieta y principalmente su relación con su abuela con quien no tuvo interacción durante prácticamente toda su vida a consecuencia de un conflicto entre la madre de Julieta, su abuela, un conflicto del cual Julieta no tiene idea de porqué surgió. Pero después de que en su cumpleaños número 16 recibiera un cuaderno muy especial de parte de su abuela con frases escritas sacadas de libros y que su madre le dijera cuál es su dirección, por fin pudo conocer bien a Mariana, que no solo es su abuela sino una reconocida arqueóloga a nivel nacional, apasionada por los libros y por disfrutar la vida y sinceramente todo un personaje. Conforme Julieta va por fin conociendo a su abuela van forjando no solo una relación de abuela-nieta, pero una sincera amistad fundamentada en el cariño, respeto y en querer aprender la una de la otra, hablan de libros, Julieta conoce a los amigos de Mariana, escucha todas las aventuras que ha vivido su abuela, la ayuda a ordenar su casa y descubre todos los tesoros que tiene, etc.; pero claro las cosas no pueden ser hermosas pues todo cambia una vez que se descubre el diagnóstico de Alzheimer de Mariana. Esto no lo considero un spoiler porque en primer lugar viene en la contraportada pero en segundo lugar porque el verdadero conflicto y corazón del libro llega después de este punto en la historia, es en donde verdaderamente vemos el crecimiento de Julieta no solo personaje, sino como hija, nieta y mujer pues comienza a entender que las personas pueden llegar a ser mucho más complicadas de lo que esperaba.


Otro motivo por el que quise leer este libro, además de saber que Alaíde Ventura no decepciona, es porque durante el maratón de Guadalupe Reinas de Librosb4tipos lo recomendaban para la consigna de “Un libro sobre labores de cuidado” y cómo que no me quedaba aún tan claro cómo este concepto se puede aplicar a una categorías de libro pero ya con este libro pude entender su significado como esas tareas que son requeridas para el cuidado de una persona en diferentes circunstancias y como es necesario reconocer estos cuidados como un verdadero trabajo que requiere atención, energía y tiempo, para cuidar a una persona en este caso una persona con una enfermedad degenerativa. Y sinceramente es muy fuerte el ir leyendo cómo es para los seres queridos de dicha el ver como esa esencia se va apagando y no se puede hacer mucho al respecto más que seguir velando por su dignidad, pero en este caso resulta también doloroso porque Julieta apenas y pudo comenzar a conocer a su abuela.


Es un libro que se puede sentir el cariño entre cada línea y que está escrito desde un punto de vista de mucho respeto pero también de no querer resumir a las personas en una característica o un acontecimiento, en este caso Mariana es mucho más que su enfermedad así como también la madre de Julieta es mucho más que el conflicto que tiene con su madre. Y Julieta va aprendiendo poco a poco, comienza a madurar y a tener que enfrentarse a las realidades de la vida, que por un lado tiene la ventaja que lo puede hacer de la mano de personas que la quieren y que también quieren que crezca. La pluma de Alaíde es simplemente familiar, sientes que estas leyendo a alguien que te conoce y que sabe la manera perfecta de contarte las cosas, lo que hace que la lectura se vuelva digerible y apena, que vela por nuestro bienestar aún cuando se están leyendo momentos difíciles.


También le huía al libro porque en lo muy personal tuve que decirle adiós a mi abuela relativamente hace poco, una mujer que para mi es el ejemplo de matriarca y que no me pude despedir de la manera en que me hubiera gustado; y así como sentí que Entre los rotos, el otro libro de Alaíde me estrujó el corazón, tenía miedo de que Como Caracol lo hiciera cuando aún no terminaba de procesar mi duelo. Pero por el contrario, como mencioné, creo que me sirvió de consuelo y para procesar mis propias emociones, como todo buen libro lo logra hacer. Por ello le huía a leer sobre una abuela y su nieta, porque sin duda iba a despertar emociones en mi, pero Alaíde hace un gran trabajo al llevar esas emociones de la mano de una narrativa natural que se siente tremendamente humana, en toda la complejidad de la palabra.


Un aspecto que también me llamó mucho la atención de este libro es que si bien es un libro que trata sobre una relación abuela/nieta, también se hace una exploración muy interesante sobre la relación madre/hija, tanto por el conflicto entre Mariana y la mamá de Julieta, pero sobre todo entre cómo es que Julieta comienza a darse cuenta y entender que su mamá también es una persona que tiene todo el derecho de tener emociones complejas. Creo que este es un punto muy importante dentro del libro, la oportunidad de conocer y explorar personajes femeninos complejos, con un pasado, con prejuicios, con virtudes, con sueños y que sus vidas no giran en torno a otros personajes masculinos, que si bien los hay en el libro, el verdadero punto importante del libro son estas relaciones entre las tres generaciones de mujeres y las etapas que cada una va viviendo y cómo es conviven entre ellas.


Siento que es un libro en donde se logra plasmar muy bien las dinámicas familiares porque a veces estamos bombardeados mediáticamente por familias estereotípicas (o la expectativa de ser parte de una) en donde todos se llevan bien de manera natural y que esa es la familia nuclear a la que hay que aspirar, cuando en realidad no existen familias perfectas. Existen conflictos, luchas de carácter, problemas, malentendidos, pero no deja de lado que a veces la familia es uno de nuestros mayores puntos de fortaleza y que nos ayudarán en momentos difíciles. No quiero romantizar esta idea de “la familia”, creo que la cultura mexicana ya se ha encargado de hacer eso, pero creo que la autora hace un gran trabajo al dejarnos entrar a ver cómo es la familia de Julieta, cómo son sus dinámicas y cómo logran enfrentar conflictos y la importancia de aprender a ver a nuestros padres y abuelos, no como entidades ya formadas y ejemplares pero como personas que siguen estando en crecimiento tanto mental como emocional.


Repito, Alaíde Ventura no decepciona con su capacidad de retratar personajes reales y por medio de una narrativa que con tan solo pocas palabras logra evocar emociones complejas pero familiares a la perfección.


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