Bruja: Despertar el poder ancestral de las mujeres por Lisa Lister
- Femme Fatalee
- 23 jul 2020
- 6 Min. de lectura

Sabemos que aquí en Femme somos fans de explorar y aprender más sobre el concepto de las brujas, tanto como un arquetípico que se ha ido construyendo en el consciente colectivo por años para su difusión en medios con distintos fines, como su contexto histórico y cómo todo el prejuicio que lo rodea ha sido causante de la muerte de miles de mujeres. Y si bien la exploración de la bruja nos ha hecho ver cómo el sistema patriarcal ha aprovechado ampliamenta cada oportunidad que se tiene de satanizar cualquier señal de empoderamiento, conocimiento o sabiduría femenina, creo que se puede decir ha surgido recientemente una popularización del término, en donde las mujeres buscan retomar este término ya no como algo por lo que sentir miedo, sino una forma de buscar cierta espiritualidad, fortaleza y comprensión del mundo que nos rodea.
Pero así como todo lo que se vuelve trendy, se corre el riesgo de que el contexto central que se busca pierda su sentido para volverse algo mercantil, de moda o capitalizable, y por como lo veo, el concepto de “la bruja interna” está pasando por este mismo trato, en donde más que una búsqueda espiritual de empoderamiento milenario, se vende como la nueva moda bohemia espíritu libre pero sin partir de una raíz que lleva años asentada. Si bien no soy experta quería poder aprender más sobre el tema y así fue como el libro de Lisa Lister, Bruja Despertar el poder ancestral de las mujeres, llegó a mis mano. Que si bien no me dio las respuestas que quería, sí me dejó reflexionando en muchas cosas, tal vez no de la mejor manera.
Lisa se presenta como la tercera de una generación de brujas “gitanas” (que incluso tengo entendido que el uso de la palabra “gtitana” ha causado estragos en la visibilización de las mujeres romaníes, pero ese es otro tema) chamana, consejera, fundadora de una organización que busca empoderar a la mujer por medio de la reconexión con su menstruación, y al parecer en general la más grande guía espiritual femenina que una podría encontrarse. Comenzando a leer una piensa que Lisa es la persona indicada para presentar una introducción a lo que es el mundo de la brujería aplicada a la vida moderna de una mujer del siglo XXI. Si tú como lectora estás buscando una autora de un libro sobre brujería, pero que también encuentra en cada página una manera de introducir (y presumir) su propia vida además de promocionar sus demás libros, este es el libro para ti.
El libro tuvo un comienzo fuerte en donde prácticamente al estar leyendo yo misma subrayaba algo interesante y empoderante cada cierto número de páginas en donde se hace referencia a este concepto de “la bruja” que llevamos dentro y que por años ha sido silenciada, después de la página 50 esta formula solo se repite y se repite una y otra vez sin en realidad llegar a una idea nueva, termina siendo simplemente cansado, te mata completamente el hype que te construyó en la primera sección del libro. Cabe destacar que el libro abre con un disclaimer sobre que este libro se enfoca AMPLIAMENTE en la experiencia de las mujeres cis, intentado hacer una apología de como no será aplicable para mujeres trans, lo cual al principio pues me extrañó y si lanzó la primera bandera roja de alerta, pero conforme avanza el libro y te das cuenta de la gran fijación de la autora por hablar sobre el poder del ciclo menstrual, las menstruación y el útero, la vagina, etc., te das cuenta de porqué era necesario el disclaimer. Y cuando digo fijación creo que no estoy exagerando.
Para mi este libro es lo que se obtiene cuando se mezcla un libro de autoayuda, un memoir de la autora y un intento de libro sobre brujería. Lo cual es chistoso ya que en el mismo libro Lisa te tira tierra a los libros de autoayuda y como no son necesarios ya que todo lo que necesitas es “conectarte con tu bruja interna”; incluso le tira tierra al uso de métodos anticonceptivos usados por mujeres que buscan regular su ciclo menstrual porque una vez más lo único que en realidad la mujer tiene que hacer es “ser una misma con su útero”, dejando de lado cualquier experiencia que no se asemeje al de la autora desde su privilegio y experiencia.
Cuando se llegaba a puntos en donde se pensaba la autora hablaría sobre temas meramente prácticos o históricos sobre la brujería nuevamente lo hace de manera superficial y ligando cada oportunidad que tiene con sus experiencias personales o con una mala de referencia sobre alguna película de cultura general. Las explicaciones sobre los tipos de brujas que existen si bien fue interesante, termina resumiéndolo en solo un par de renglones. Cuando piensas que va a bordar el tema sobre la desmitificación de los gitanos, nuevamente es solo una oportunidad para hablar de su vida personal y cómo ella logró reconectar con sus raíces para ahora ser una mujer exitosa que ha escrito varios libros. Es un constante estar leyendo datos lanzados al aire para causar impacto pero sin regresar a una reflexión o sin si quiera dar fuentes. En un punto la autora busca comparar la situación actual de la mujer con lo que se vivió en los años de la inquisición y la tortura sufrida por miles de mujeres, pero esto no para hablar sobre la creciente violencia contra la mujer; no, se usa nuevamente para meter un plug sobre su otro libro. Y cuando un un punto si llega a mencionar por ejemplo los femenicidios sucedidos en México, solo menciona que son culpa del gobierno, resumiendo un grave problemática social y cultural mucho más complicada en una simple lucha gubernamental, claro está todo esto desde su perspectiva europea.
Un punto que si me gustó en el libro es cuando se habla del retomar nuestros procesos naturales como un punto para poder conectarnos con nosotras mismas y con la naturaleza. El poder sacar a la menstruación del tabú en el que se encuentra para tomarlo como una manera de saber que nuestro cuerpo se encuentra bien, que es nuestro propio “cronómetro personal” y toda la parte en que sugiere que podemos prestar más atención en las estaciones o en el ciclo lunar para buscar una mayor conexión con la naturaleza.... Toda esta parte iba bien hasta que Lisa comienza a hacer shaming por comer fresas en invierno, o tener una vida laboral en donde una solo puede tomarse una semana de vacaciones, nuevamente dejando de lado todos los factores que no se alinean con su forma de pensar de cómo una mujer debe llevar su vida. Esta conexión cósmica con la madre naturaleza no debe ser una obligación como la autora lo menciona ya que cada mujer es libre de tomar la perspectiva que guste desde el contexto en el que está.
En general pienso que la autora raya en la glorificación, no de del hecho de querer ser una bruja, sino en cómo ella lo ha logrado y todas nosotras deberíamos agradecerle por su experiencia personal que ha logrado abrirlos a nosotras las puertas a este mundo de espiritualidad, que nosotras ni idea y que incluso deberíamos pedirle permiso y ver si nuestra forma de llevar nuestra búsqueda es la correcta según sus parámetros. Pero también raya en la glorificación de la mujer misma, que si bien algo es el poder sentirse empoderada por el hecho de ser mujer, otra cosa es decir que nosotras por ser mujer ya somos perfectas, etéreas e inalcanzables; claro que el patriarcado se ha empeñado a que la mujer no se sienta cómoda o poderosa consigo misma, pero también hay que reconocer que hoy en día no es suficiente el solo ser mujer o el solo declararse feminista para ya estar siendo un factor de cambio positivo en la sociedad, aún hay mucho trabajo por hacer el cual sigue requiriendo mucha reconstrucción, más que glorificación.
Para ser un libro sobre empoderamiento (o al menos como lo venden) es bastante crítico sobre cómo cada quien puede llevar su propio camino, que por lo menos de manera personal creo que sigue siendo un camino que cada quien puede llevar conforme se ajuste a sus necesidades, contextos y vivencias. Claro es importantes hacerlo de una manera informada y escuchando las experiencias ajenas, pero también teniendo en cuenta que cada mujer es libre de buscarse a si misma, y su bruja interna, como le plazca.
Abracadabra
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